Mi nombre es Diego Peláez y soy miembro de la sección cultural del equipo de MusiChess. Mi labor se basa en la creación de contenido cultural para la página web, principalmente, la investigación y creación de artículos culturales, la creación de perfiles de diferentes músicos y ajedrecistas para la enciclopedia, y la divulgación de los contenidos y eventos producidos por MusiChess.

Diego Peláez al piano.

Comencé con esta labor debido a mi doble función: por un lado, por mi formación y experiencia laboral en el ámbito de la documentación y la archivística, lo que me ha permitido recoger un conocimiento sobre las normas de publicación y creación de contenidos para Internet. Por otro lado, mi formación y práctica artística me da un amplio campo de conocimientos que juega a mi favor para facilitar los procesos de investigación.

Pasé mi infancia dibujando todo lo que veía hasta que empecé clases de arte en academias y con profesores particulares. Tras trabajar el dibujo académico y la pintura realista y surrealista, me vi atraído por la abstracción, el arte contemporáneo y la geometría, lo que ha formado parte de mi expresión artística hasta el día de hoy. Desde el punto de vista técnico, baso mi inspiración en los procesos de construcción, materiales, geometría y arquitectura, pero en los últimos años también empiezo a integrar las experiencias personales, vivencias y conocimientos que voy recogiendo sobre filosofía, ciencia, meditación, espiritualidad, experimentación y simbología.
Con 15 años comencé a tocar el piano mediante profesores particulares, y ha sido una parte muy importante en mi vida. Culminé los estudios de musicología en 2015 y conseguí ampliar mis conocimientos sobre la historia de la música y mi cultura artística, procesos de composición y creación musical. Durante cinco años fui el pianista principal de una banda de jazz municipal (BigBand) con la que pude recoger una gran experiencia y formación en la interpretación musical y la improvisación jazzística al piano.

 

Mis obras en perspectiva

Comencé a temprana edad a estudiar las técnicas de dibujo y pintura. Al principio la visión clásica formó parte de mis primeros trazos y pinceladas. Por mis manos han pasado retratos en escayola, diferentes partes de la anatomía humana y de algunos animales, bocetos de modelo al natural, paisajes con los que sentía una gran libertad, y una gran cantidad de bodegones, de los cuales siempre me atraían más los de naturaleza muerta. Carboncillo, grafito, pastel, guache, acuarela, tinta china, acrílico, óleo… incluso algunos experimentos con café, vino, lejía o sal. Pero todo esto no pasaban de ser trabajos académicos.

Pronto comprendí que, tras haber aprendido las técnicas de dibujo y pintura, el arte proviene de una intención creadora y de una enorme necesidad de expresión. Fue como, en primer lugar, del realismo académico comencé a variar hacia un surrealismo colorista mediante algunos cuadros primarios, y de ahí me pasé a la abstracción, que siempre me maravilló la libertad que ofrece, junto con la gran calidad técnica y la complicación reflexiva necesaria para llegar a ello y ofrecer un mensaje.

Necesitaba expresar sentimientos que en ocasiones no sabía expresar con el lenguaje, y sólo podía hacerlo mediante mi pintura. Comencé a dejar de lado las opiniones de los demás y supe que mi pintura sería probablemente incomprendida por mi entorno, ajeno al ámbito del arte. Pinté lo que leía, lo que sentía y lo que me apetecía.

Broken Geometry IV. Acrílico sobre lienzo. 30x30cm.

El ámbito geométrico y la arquitectura siempre me han fascinado y han estado muy presentes en mi pintura de estos últimos años, pero eso no quiere decir que vaya a ser así siempre. Soy una persona muy introspectiva, con una mentalidad compleja y un amplio mundo interior, por ello, voy variando mis pinturas y avanzando en estilos, formas, tratamiento del color, pinceladas y texturas. Me gusta explorar nuevas formas de arte plástico siempre de la mano de la pintura acrílica, con la que más cómodo me siento.

 

Ejemplos de este tipo de pintura centrada en la geometría pueden ser cuadros como “roads”, “after the storm” o la saga “broken geometry”. Las formas geométricas me han permitido expresar muchos sentimientos de pérdida, duelo, ruptura, elección, calma e incluso tranquilidad.

A place to be III. Acrílico sobre lámina. 30x42cm

La arquitectura me inspiró para hacer “a place to be”, tres cuadros basados en planosgeométricos de viviendas habituales, que expresan el cambio, el paso de vivir en un lugar a otro completamente diferente, influenciado en mi experiencia y sentimientos que viví al cambiar de residencia e irme a vivir a otro país. Gracias a la geometría puedo aportar grandes dosis de simbolismo a mis pinturas (el dodecaedro en “Meditator”, por ejemplo).

En la actualidad, de nuevo me encuentro en un proceso de cambio. He retomado el paisajismo, y la ambientación realista siempre con un profundo mensaje interior. En estas últimas obras empleo técnicas de pintura más cercanas al impresionismo y expresionismo, sin dejar de lado mi gusto por la arquitectura y por las formas. He ampliado mi paleta de colores y juego mucho más con técnicas más complejas como la veladura, el empleo de diferentes tonalidades de grises o colores tierra, y la ampliación o reducción del contraste, encontrando una gama de colores realmente alta. De nuevo, vuelvo a pintar lo que veo, pinto lo que me inspira, a veces sin tener en cuenta si esa es mi línea o no.

Con el tiempo me he dado cuenta de que no puedo pintar siempre lo mismo. Considero que la pintura se asemeja con la vida en lo que yo entiendo sobre las vivencias como etapas, momentos en los que a veces nos apetece cambiar y otros en los que no tenemos más remedio. No puedo pintar formas geométricas durante toda mi vida, me aburriría, soy consciente de que la geometría en mí, es una etapa más como otras anteriores y que, quizás me encuentro en pleno proceso de evolución hacia una nueva etapa. El pincel es el que delimita qué camino será el siguiente.

 

Análisis de algunas obras:

No me resulta fácil explicar o analizar mis obras porque considero que mis pinturas pueden tener múltiples lecturas, y que el observador puede dar un sentido diferente o incluso contrario, pero no por ello equivocado. Las diferentes visiones que cada persona tenga de una obra, en mi opinión, hace que la obra crezca, por ello, no soy partidario de que el arte tenga una sola lectura o interpretación que deba de ser la del propio autor, sino que cada espectador puede aportar siempre algo de su parte.

Dicho esto, paso a analizar tres de mis obras desde el punto de vista técnico y psicológico, del por qué las realicé y qué sentimientos tenía en el momento de hacerlas:

Meditator. Acrílico y arena sobre lienzo. 81×100 cm

1. Meditator: La imagen del meditador en pleno centro encerrado en un dodecaedro muestra el poder que ha tenido en mi la meditación desde que comencé a practicarla. La meditación puede llevar a una persona a un estado de concentración plena a pesar de la aridez y dureza de las consecuencias exteriores que, en ocasiones, no podemos controlar. La meditación supone pues una herramienta de gran ayuda para no caer en el desequilibrio mental. El dodecaedro realizado a modo de transparencia es el símbolo de la divinidad creado por la propia meditación, lo que implica que la meditación puede también ser una vía de acercamiento a Dios, ya que llevo durante un largo tiempo realizándome la pregunta sobre la existencia o no de Dios. En este aspecto, se implican pues los sentidos filosóficos de la existencia de Dios, y la filosofía budista en la práctica meditativa. En el aspecto técnico, este trabajo está realizado sobre una base de arena de playa que ha sido cuidadosamente pegada y compactada sobre el lienzo, exponiendo la pintura sobre la propia arena y creando de este modo una serie de texturas suaves, que encajan con el simbolismo de la cueva árida en la que el meditador se encuentra.
Acrílico y arena sobre lienzo. 81×100 cm. 2019.

2. Roads: Una pareja de cuadros que reflejan mediante formas

Roads I. Acrílico sobre lienzo. 50×73 cm

geométricas los caminos aescoger, algunos accesibles, otros no tanto, y otros imposibles. Se me ocurrió esta obra en mitad de una crisis laboral, a modo de que todos podemos elegir o cambiar de camino, pero todo depende de la circunstancia. El amarillo como color principal es importante para aguantar el peso visual de los pilares diferentes (rojo en uno de los cuadros, azul en el otro). Todo ello sobre un fondo gris claro con texturas muestra que la elección o el cambio no es tan sencillo como parece, pues hay que hacer frente a multitud de obstáculos hasta entonces desconocidos.
Acrílico sobre lienzo. 50×73 cm. 2018

 

After the storm. Acrílico sobre madera. 43×70 cm

3. After the Storm: Una de las primeras apariciones del ámbito geométrico en uno de mis cuadros, este cuadro muestra la calma tras la tormenta que se sucede, no únicamente en una ciudad, pueblo o lugar, sino también en el interior de nosotros mismos. Con una base en amarillo y texturas marcadas, las figuras geométricas, que asemejan una ciudad desolada, se encuentran ahora apagadas en un gris azulado, aunque aún quedan algunas brasas.
Acrílico sobre madera. 43×70 cm. 2015

 

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